jueves, 11 de junio de 2009

Clase de Historia

Un maestro ya mayor, con la sabiduría que da el ser mayor, llegó una mañana a su clase, dispuesto a que sus alumnos descubrieran lo fascinante de la Historia. Gran tarea aquella.Al entrar en la clase descubrió que dos de sus alumnos, dos que no se separaban nunca, que no iban solos a ningún sitio, estaban cada uno en un lado de la clase, había un gran silencio, porque sus compañeros estaban asombrados de la actitud de ambos.El maestro se dirigió a su mesa, dejó sobre ella sus libros y agenda y se dispuso a dar su clase de Historia.Uno de los alumnos levantó la mano, el maestro le dio la palabra y el alumno le dijo que si no quería saber lo que había pasado, por qué esos dos amigos inseparables estaban enfadados. El maestro le preguntó al alumno si su preocupación debía ser mayor que la de los dos implicados. El alumno le dijo que sí, ya que ellos eran el modelo de amistad para todos y que habían visto tambalear ese modelo en un segundo.El maestro preguntó al alumno ¿tiene solución el problema?, el alumno sin abrir la boca, levantó los hombros en señal de duda, por lo que el profesor se dirigió a los protagonistas, ellos comenzaban a sentirse un poco incómodos de que los demás opinaran de su relación de amistad, de que todos tuvieran algo que decir, de que su decisión llegara más allá de ellos mismos, así que pidieron permiso al maestro, salieron al pasillo, solucionaron el problema y regresaron al aula, donde la explicación de Historia había comenzado.