lunes, 26 de julio de 2010

El cristal de colores

Un niño caminando por un bosque cercano a su casa, vio brillar en la orilla de un arroyo un pequeño trozo de cristal, cuando se acercó se dio cuenta de que sus bordes estaban suavizados gracias a la erosión, debió llegar allí tras un largo recorrido y su choque con las piedras y las vueltas dadas en el agua le habían pulido dejándole esa forma.


El niño recogió el cristal, lo levantó e hizo que la luz del sol pasara por él, descubriendo así una gama de colores espectacular. Regresó a su casa y antes de guardarlo en su caja de tesoros decidió escribir lo que había sucedido para que no se le olvidara.


Pasaron los años, el niño creció y antes de salir del pueblo para irse a estudiar, abrió la caja de sus tesoros, descubriendo una hoja de papel que envolvía un trozo de cristal, en la hoja estaba escrita una historia en la que contaba lo que había ocurrido el día que encontró ese cristal y lo que había sentido al descubrir los colores que se formaban al pasar la luz del sol por él. Recordó al leerlo que cada color le había traído un momento o personas importantes de su vida: su nacimiento, sus padres, el día que se le cayó el primer diente, el nacimiento de su hermana pequeña, el partido que había ganado con su equipo, la gran nevada de aquel invierno.


Todo lo leído le hizo pensar en que los grandes tesoros no están en lo que tenemos, sino en lo que hemos vivido y en lo sencillo que nos encontramos.


El joven decidió llevarse ese cristal, porque a partir de ese momento, le recordaría lo importante que es saber vivir la vida, disfrutar de los buenos momentos y saber encontrar cada día los tesoros que aparecen en el camino. Él lo había encontrado, pero no en el cristal sino en su interior.

sábado, 13 de febrero de 2010

El circo de las Mariposas

Hay cuentos que no se cuentan, que se ven.
Esta es una historia conmovedora de la que podemos aprender mucho.